Sin duda estamos en medio de uno de los mayores impulsos legislativos contra el abuso infantil en la historia de nuestra nación. Este abuso infantil, enmascarado como "cuidado de afirmación de género", ha sido tomado como bandera de humanidad por los progresistas en los últimos cinco años, y animan a los niños a mutilar sus propios cuerpos si sienten que han nacido en el equivocado.
En muchos casos, las escuelas públicas han empezado a ocultar información sobre la transición de género a los padres de los alumnos, con grupos activistas que afirman que la transición de un niño debe protegerse a toda costa y demonizan a los padres que no están de acuerdo tachándolos de "abusivos."
Cientos de miles de estadounidenses se han indignado ante vídeos impactantes y otras imágenes de niños con cicatrices permanentes que se han sometido a "tratamientos transgénero", mientras los adultos animaban a esos niños a abandonar toda razón en pos de la afirmación.
Como respuesta, 40 asambleas legislativas estatales han aprobado o presentado leyes para restringir la práctica del abuso de niños transgénero.
Aunque 10 estados prohíben actualmente los experimentos transgénero en menores, otros 21 están estudiando legislación que prohibiría a los menores recibir "tratamientos" hormonales transgénero o someterse a cirugía.
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) ha intentado recabar apoyo nacional contra estos proyectos de ley por considerarlos ataques contra todas las personas LGBTQ+, pero los proyectos han ganado una increíble tracción a medida que se ha expuesto al público la naturaleza espantosa de los procedimientos.
Los "tratamientos" incluyen:
—La faloplastia, en la que se despoja de músculo y piel el antebrazo de las niñas para crear un pene falso que no funciona. Los vídeos en los que se ve cómo se practica esta intervención a menores han contribuido en gran medida a que Tennessee prohíba esta práctica a los menores.
—Castración y "Vaginoplastia de inversión peneana", en la que se corta el pene a los niños y se crea una herida para simular una vagina. Estas heridas deben mantenerse abiertas a la fuerza mientras el cuerpo intenta cerrar el orificio, lo que supone un grave riesgo de infección y cáncer.
—Mastectomía y "cirugía superior", en la que se realizan incisiones debajo de los senos y se extirpan músculo, grasa y glándulas. Antes de que Florida prohibiera la práctica en menores, un cirujano, el Dr. Sidhbh Gallagher, realizaba "cirugías superiores" a varios niños de unos 15 años cada mes, y afirmaba haber operado a unos 40 niños al mes.
—Terapias hormonales feminizantes/masculinizantes, en las que se administra a los adolescentes fuertes dosis de estrógeno y testosterona, así como dosis experimentales de otras hormonas para simular los niveles de hormonas reproductivas y estabilizadoras normalmente presentes en el sexo opuesto. Los tratamientos hormonales suponen una grave amenaza para varias glándulas del sistema endocrino, lo que puede provocar esterilización permanente, cáncer e insuficiencia de las glándulas en los adultos. Aún no se han realizado estudios a largo plazo que demuestren el impacto de este "tratamiento" en menores con glándulas en desarrollo.
Además, los testimonios de varias personas que lamentan profundamente sus "transiciones de género" han calado entre legisladores y votantes. Han rogado a los estadounidenses que dejen de permitir una práctica tan atroz.
La ACLU ha intentado inundar las sedes estatales de todo el país con sus propios manifestantes para exigir que se permita a los menores el acceso privado y sin restricciones a estos experimentos médicos. Estos manifestantes suelen hacer afirmaciones falsas sobre lo que hace o no hace la legislación para avivar las respuestas emocionales.
Cientos de activistas LGBTQ+ se desplazaron a los edificios del capitolio de sus estados para protestar, gritar y maldecir a los legisladores durante los testimonios públicos. Si la ACLU y otras organizaciones de defensa del colectivo LGBTQ+ pretendían persuadir a los legisladores para que animaran a los niños a ser como los que se presentaron, fracasaron estrepitosamente.
Muchos legisladores abandonaron las audiencias de los comités sobre las propuestas de prohibición de estos experimentos con menores convencidos de que muchos de los activistas LGBTQ+ eran mentalmente inestables. Fueron testigos de una razón más por la que los menores deben ser protegidos de esta abominación.
Algunos legisladores estatales han hecho el ridículo.
La senadora del estado de Nebraska Megan Hunt, demócrata por Omaha, amenazó el viernes con filibusterizar toda futura legislación si la Legislatura de Nebraska aprobaba una prohibición de los tratamientos transgénero para niños.
"Nadie en el mundo guarda rencor como yo", dijo Hunt a los republicanos del Senado de Nebraska. "Y a nadie en el mundo le importa menos ser mezquino que a mí. No me importa. No me gustáis".
Los medios de comunicación tradicionales han intentado clasificar estos experimentos médicos como "atención a los jóvenes para la reafirmación de su género" y han pintado sistemáticamente el debate como una batalla por la libertad entre niños que llevan capas hechas con banderas transgénero y viejos intolerantes religiosos. Estos medios de comunicación a menudo ocultan o ignoran a los niños y adolescentes que se destransicionan o se curan de su disforia de género.
Estos métodos de cobertura informativa han resultado contraproducentes, ya que las publicaciones en las redes sociales de los medios heredados que elogian sutilmente la atención a los transexuales encuentran sus secciones de comentarios inundadas de imágenes de mastectomías dobles, laceraciones en los antebrazos y otros ejemplos poco saludables de "afirmación transexual" quirúrgica.
El asunto aún no está zanjado, y Tennessee, Arkansas, Idaho y Florida se han topado con demandas de activistas desesperados que intentan mantener la puerta abierta al abuso infantil.
A medida que se presenten más pruebas de la barbarie que suponen los "tratamientos" transgénero, se promulgará más legislación para proteger a los niños de cometer un error para toda la vida.
