Una anciana de Carolina del Norte ha sido detenida acusada de asesinato por golpear hasta la muerte a su nieta de 8 años.
La oficina del sheriff del condado de Nash recibió el martes el aviso de que una niña había sido trasladada al Nash UNC Healthcare con heridas graves. La niña, no identificada, murió en el hospital.
La policía averiguó que la niña vivía con su abuela, Patricia Ricks, de 72 años, y varios hermanos más. Ricks era la tutora legal de los niños. Los detectives fueron a la residencia de Ricks y la detuvieron acusada de asesinato en primer grado y delito grave de maltrato infantil con lesiones graves, informó Law & Crime.
"En base a la investigación, se determinó que la menor de 8 años fue golpeada tan severamente por la abuela que murió a causa de las lesiones. La niña tenía lesiones graves en todo el cuerpo y la cabeza", dijo la Oficina del Sheriff del Condado de Nash en un comunicado de prensa el miércoles.
Ricks no hizo declaraciones tras ser detenida. Fue fichada sin fianza en el Centro de Detención del Condado de Nash y comparecería ante el Tribunal de Distrito del Condado de Nash el jueves, dijo la policía.
Mientras tanto, la policía intenta determinar el móvil del brutal asesinato. Los otros niños que estaban bajo la custodia de Ricks fueron trasladados a los Servicios Sociales del condado de Nash, informó CBS News.
En un caso similar de maltrato infantil, un niño de 7 años de New Hampshire murió tras ser encontrado quemado y golpeado en un apartamento el mes pasado. El niño, identificado como Jaevion Riley, sufría quemaduras en alrededor del 15 al 20% de su cuerpo y tenía más de 30 marcas de lazo con la piel rota cuando fue trasladado inconsciente a un hospital local. Riley estaba en coma y murió más tarde en el hospital. La policía detuvo al padre de Riley, identificado como Murtadah Mohammad, que compartía la custodia con la madre del niño. Mohammad se enfrenta a un cargo de agresión en primer grado, dos cargos de agresión en segundo grado, dos cargos de falsificación de pruebas físicas y un cargo de poner en peligro el bienestar de un niño.
