Por tercer año consecutivo, Kentucky ocupa el primer lugar en la nación por la tasa de abuso infantil, según el informe "Maltrato Infantil 2019" del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos publicado este año.
Basado en las cifras de 2019, el año más reciente para el que hay datos disponibles, Kentucky tuvo más de 20,000 casos de abuso y negligencia, más del doble del promedio nacional.
Se cree que la pobreza, la epidemia de drogas del estado y el alto número de niños en hogares de acogida son algunos de los factores contribuyentes más importantes. Pero a los expertos les preocupa que la pandemia de COVID-19 pueda provocar un repunte de las cifras de maltrato infantil en 2020. Chrisie Sherrard, subdirectora del Barren River Area Child Advocacy Center (BRACAC) de Bowling Green, dijo que es posible que el efecto total de la pandemia no se vea hasta dentro de un tiempo.
"Sabemos a ciencia cierta que durante la pandemia muchos niños estaban en casa con sus agresores".
Sus lugares seguros, escuelas, iglesias, donde normalmente acudirían para denunciar y obtener ayuda, no estaban a su disposición. Creo que ni siquiera hemos visto el efecto completo de lo que eso va a suponer", dijo Sherrard en una entrevista con la radio pública WKU.
El desempleo, el trabajo a distancia, la falta de guarderías y las interrupciones escolares han sido factores de estrés creados por la pandemia. Aunque el BRACAC trabaja principalmente con víctimas de abusos sexuales, la organización sin ánimo de lucro ha observado desde entonces un aumento de los abusos físicos más graves. Ahora que la mayoría de las escuelas han vuelto a su horario habitual o casi completo, el organismo ha empezado a recibir más casos porque, para algunos niños, la escuela es su lugar seguro. Esas derivaciones han provocado un aumento importante de las entrevistas forenses realizadas por el BRACAC.
"Se trata básicamente de la primera oportunidad de que un niño cuente su historia y de que se escuche su voz. Vimos un aumento del 92% en la pandemia de niños que necesitaban contar su historia", dijo Sherrard. "Lo que eso significa es que aunque las denuncias disminuyeron en el estado de Kentucky, en realidad vimos un aumento".
El Barren River Area Child Advocacy Center atiende a diez condados del centro-sur de Kentucky. Los condados de Warren y Barren suelen constituir la mayoría de los casos debido a su mayor tamaño, pero la agencia también atiende derivaciones de los condados de Logan, Simpson, Hart, Butler, Monroe, Allen, Edmonson y Metcalfe.
"Lo que me sorprendió fue que en el año calendario 2019, hicimos 421. Este año, 2020, incluso siendo la pandemia, incluso siendo que estuvimos cerrados por un período de tiempo, e incluso siendo que los niños no estaban en la escuela, solo hicimos dos entrevistas menos", explicó Sherrard. "Realmente esperábamos que cuando la pandemia golpeara por primera vez y todo se cerrara, esperábamos que nuestros números bajaran mucho, y no fue el caso". Según la ley de Kentucky, todos los ciudadanos están obligados a denunciar cualquier sospecha de maltrato infantil.
"Siempre digo que si ves algo, dilo", comenta Sherrard. "Si crees que algo está ocurriendo, no se te puede responsabilizar si no es así. Hay una diferencia entre la denuncia falsa y la denuncia de buena fe".
