AUSTIN — Nada ha cambiado mucho desde 2017, cuando Texas dividió las responsabilidades de cuidado de crianza entre el Departamento de Servicios de Protección Familiar y la Comisión de Salud y Servicios Humanos con la esperanza de renovar un sistema roto plagado de demandas y alta rotación.
Esa fue la conclusión a la que llegó esta semana John Stephens, director general de The Stephens Group, una empresa de consultoría de bienestar infantil.
"Usted está detrás de la curva", dijo Stephens ante los legisladores. "Sé que la comisionada -he hablado con ella- tiene una buena idea para avanzar en la prevención, pero por alguna razón, se queda atascada en algún lugar. En términos de la implementación, toma demasiado tiempo, y lo que sucede es que estos niños son impactados."
Stephens fue uno de los varios oradores que se presentaron el lunes ante el Comité Especial del Senado de Texas sobre Servicios de Protección Infantil. Mientras que CPS ha sido noticia en los últimos meses después de que un centro de Bastrop fue acusado de tráfico sexual de los residentes y la agencia comenzó a investigar las familias con los jóvenes transgénero, la reunión se centró más en los problemas que han plagado la agencia durante décadas y cómo puede mejorar su velocidad de los servicios.
La presidenta del Comité, Lois Kolkhorst, describió el programa estatal de bienestar infantil como "languideciente". Ahora, los legisladores están buscando reducir varias capas de trámites burocráticos que han hecho que el funcionamiento de la agencia sea difícil y frustrantemente lento - en particular a través de su plan actual de establecer la atención basada en la comunidad.
El cuidado basado en la comunidad es una nueva forma de ampliar los servicios más allá del cuidado de crianza tradicional, dando a las comunidades la flexibilidad para aprovechar las fortalezas y los recursos locales para encontrar formas innovadoras de satisfacer las necesidades únicas e individuales de los niños y sus familias, según el DFPS.
Stephens dijo que ha abogado por este enfoque durante años, señalando a Florida y otros estados que tienen esta práctica y la mentalidad. Pero Florida saltó a la implementación en todo el estado, mientras que Texas está tomando un enfoque de varios pasos, región por región, que Stephens y los legisladores dijeron que podría tomar otra década antes de la terminación.
Kolkhorst dijo que no tiene ni idea de por qué se decidió introducir el cambio por fases, pero que eso ha complicado todo el proceso.
"Hagan lo que hagan, asegúrense de recordar -y sé que lo harán- a esos niños que languidecen en su sistema", dijo Stephens.
Stephens y otros oradores recomendaron que Texas se concentre en establecer relaciones con la comunidad y dejar de lado el control a nivel estatal para que las comunidades locales y el sector privado puedan trabajar juntos. De este modo se conseguiría un sistema más sólido, dijeron.
Stephens también hizo hincapié en la necesidad de una mayor flexibilidad, ya que las actuales solicitudes de aplicación a través del DFPS no permiten a las entidades locales construir un sistema especializado de atención.
"Hay que asegurarse de que se confía en la comunidad", dijo Stephens. "Deja que la comunidad local, las organizaciones sin fines de lucro y las juntas, que te digan lo que es mejor para sus hijos".
Los legisladores también escucharon comentarios sobre la alta rotación de la agencia.
Jennifer Jones, directora ejecutiva de la Comisión Asesora de Texas Sunset, dijo que un informe de su oficina encontró que el DFPS se enfrenta a una "cultura de crisis" que está distrayendo a la agencia de la gestión adecuada y eficaz de todas sus funciones críticas.
Debido a que la agencia y los legisladores responden constantemente a las crisis y a las críticas a través de nuevas políticas o nuevas iniciativas, obstaculiza la capacidad de los trabajadores sociales para ayudar a los niños, dijo. Jones dijo que los empleados pasan gran parte de su día - alrededor del 74%, según The Stephens Group - en el papeleo y las tareas administrativas en lugar de con los niños y las familias.
"El DFPS realmente necesitaba volver a lo básico y centrarse en la gestión de la agencia y sus operaciones", dijo Jones. "En particular, gestionar mejor a su personal, escuchándolo, pero también haciéndolo responsable y racionalizando sus operaciones".
Stephens dijo que los departamentos de bienestar infantil de Texas se enfrentan a la mayor rotación de personal de todos los estados con los que contrata.
Aunque señaló la pandemia como un factor, sugirió que la cultura del miedo es una de las razones por las que muchos abandonan la profesión. Muchos empleados dijeron que creían que serían despedidos si tomaban una decisión que no le gustaba al supervisor, dijo Stephens.
También dijo que el estado necesita invertir en un mejor seguimiento de los casos y en la recopilación de datos para poder identificar los problemas antes y recompensar en función del rendimiento.
Por último, Stephens pidió a los legisladores y a los líderes de las agencias que sean conscientes de a quiénes seleccionan para los programas de atención basados en la comunidad, instándoles a considerar a los niños por encima de los costes.
"Hay suficiente dinero en el sistema; hay que asegurarse de que se utiliza de forma correcta", dijo Stephens.
