Un ex trabajador de desarrollo juvenil ha sido encarcelado por abusar sexualmente de sus dos sobrinas cuando eran niñas.
El hombre de 39 años, que no puede ser nombrado por razones legales, fue condenado por un total de cuatro delitos sexuales.
Los delitos tuvieron lugar durante un periodo de seis años, entre diciembre de 2002 y septiembre de 2008, cuando una de las víctimas tenía entre siete y once años y su hermana entre dos y ocho.
Fue condenado a cuatro años de prisión y a un año más de libertad condicional.
En el Tribunal de la Corona de Belfast, el viernes, sus víctimas aplaudieron y vitorearon cuando se dictó la sentencia.
El padre de dos hijos mantuvo su inocencia durante todo el juicio.
El juez Geoffrey Miller QC habló al tribunal de la falta de remordimiento del acusado y del impacto que sus acciones han tenido en sus sobrinas.
El juez Miller dijo que el jurado "vio a través de sus mentiras y rechazó su relato", que incluía la afirmación de que sus sobrinas inventaron el abuso debido a los celos dentro de la familia.
"Exacerbación del dolor"
El juez Miller dijo que las declaraciones de impacto de las víctimas "hablan elocuentemente del daño y el perjuicio causado por las acciones del acusado".
"El impacto continúa, sin que el paso de los años lo haya atenuado. Cada una habla de una traición a la seguridad que, como niños, tenían derecho a esperar".
"El hecho de que sea un miembro de la familia y de que su propia madre eligiera creerle a él en lugar de a ellos, sólo exacerbó el dolor que causó y llevó a la ruptura de las relaciones".
El juez Miller dijo que tuvo una infancia "caótica y problemática" que incluyó abusos emocionales y períodos de cuidado.
Después obtuvo una cualificación y un empleo como trabajador de desarrollo de la juventud antes de conseguir un empleo como gerente en un centro de llamadas, y tuvo una vida familiar establecida con su esposa e hijos.
También se supo que recientemente se vio obligado a abandonar su hogar familiar debido a la "reacción adversa de la comunidad".
El juez Miller dijo que, aunque no había delinquido desde entonces, las acciones del acusado eran tan graves que se justificaba una pena de cárcel.
También se le inscribió en el registro de delincuentes sexuales y se le impuso una orden de prevención de delitos sexuales durante diez años.
