Un día después de que un hombre armado matara a seis personas en una escuela primaria cristiana de Nashville, el senador Josh Hawley tomó la palabra en el Senado para denunciar el tiroteo como un crimen de odio contra los cristianos.
"También debemos decir la verdad sobre lo que ocurrió ayer en Nashville", dijo Hawley. "Esta matanza, esta toma de vidas inocentes, fue un crimen horrible, pero más específicamente, fue un crimen de odio. Un crimen que, según la policía de Nashville, se dirigió específicamente, esa es su palabra, se dirigió, a los miembros de esta comunidad cristiana, a los miembros de esta institución religiosa."
Según la ley federal, un crimen de odio es aquel motivado por la raza, el color, la religión, el origen nacional, la orientación sexual, el género, la identidad de género o la discapacidad.
La policía de Nashville ha dicho que el tirador "tenía como objetivo" la Covenant School, que es una escuela cristiana privada, según el Tennessean, y está revisando un "manifiesto". Pero la policía no ha ofrecido detalles específicos sobre las razones por las que la escuela era el objetivo. El tirador, que según la policía era un hombre transgénero de 28 años, asistió a la escuela cuando era niño.
El tirador de Nashville fue abatido por la policía, por lo que no puede enfrentarse a cargos legales.
Los comentarios de Hawley se enmarcan en el estancado debate sobre las leyes de armas en Estados Unidos, donde las secuelas de un tiroteo a menudo parecen desarrollarse según un guión.
Los defensores del control de armas, y muchos congresistas demócratas, renovaron su llamamiento a imponer más restricciones a las armas tras conocerse que el autor del tiroteo utilizó dos armas de asalto (una pistola y un rifle) y una pistola. Ya se han producido 130 tiroteos masivos este año, según el Gun Violence Archive, que define un tiroteo masivo como aquel en el que resultan heridas o mueren cuatro o más personas, sin incluir al tirador.
Pero los republicanos se han mantenido firmes en su oposición a los esfuerzos por endurecer las leyes sobre armas, como la prohibición de las armas de asalto que impulsa el presidente Joe Biden. En 2021, el senador demócrata Bob Casey, de Pensilvania, presentó un proyecto de ley llamado Ley de Desarme de los Crímenes de Odio, que impediría que alguien que haya sido condenado por perpetuar un crimen de odio posea un arma de fuego. El proyecto no contó con ningún copatrocinador republicano.
En su lugar, Hawley parece adoptar la retórica empleada a menudo por los demócratas después de que un tirador ataque a una comunidad minoritaria -como los tiroteos en un club LGBTQ, o en un barrio con una alta población de asiático-americanos- y situarla en el contexto más amplio de la guerra cultural.
"Me gustaría hacer un llamamiento a esos socios corporativos, que se apresuran tanto a opinar sobre cuestiones sociales", dijo Hawley. "Ahora hagan oír su voz, condenen este crimen como el crimen de odio que es. Es el momento de hacerse oír, es el momento de ser claros sobre lo que ha ocurrido y se está desarrollando ante nuestros propios ojos."
Además de patrocinar una resolución para denunciar el tiroteo como un crimen de odio, Hawley escribió una carta al Departamento de Seguridad Nacional y al FBI, pidiéndoles que investigaran el tiroteo como un crimen de odio. Dijo que la gente necesita más pruebas y hechos sobre el motivo del tirador.
El FBI señaló el lunes en un tuit de su oficina de Tennessee que estaba ayudando a las fuerzas del orden locales, pero no comentó directamente la petición de Hawley. El DHS tampoco respondió a Hawley.
En 2021, Hawley fue el único senador que se opuso a la legislación destinada a combatir los delitos de odio contra los estadounidenses de origen asiático a raíz de un repunte de los ataques racistas durante la pandemia de COVID-19. Hawley dijo entonces que el proyecto de ley era demasiado amplio.
El discurso de Hawley se hace eco de algunas de las respuestas al tiroteo en los medios de comunicación conservadores, donde los comentaristas se han centrado en la identidad del autor de los disparos, que era transexual, añadiendo combustible a la presión de los conservadores para restringir los derechos de los transexuales, un movimiento a menudo influenciado por la religión.
Hawley no mencionó que el autor de los disparos fuera transexual, sino que utilizó pronombres femeninos para describirlo.
Hawley dijo que el Senado tiene que condenar "la retórica sobre días de venganza y genocidio, la retórica dirigida contra creyentes religiosos de cualquier procedencia, ya sean presbiterianos, como los estudiantes y profesores y empleados atacados ayer, o de alguna otra afiliación cristiana, o judíos ortodoxos, o católicos o de cualquier procedencia".
