"Estoy acostumbrada", le dijo a otro niño que vivía en la casa que su padre Richard Rountree compartía con su novia Cindy Baker y sus hijos.
Los puñetazos, los ojos morados, los dientes rotos y la humillación que sufrió la niña de 8 años antes de su muerte en diciembre de 2019 eran evitables, si sólo el sistema estatal creado para proteger a los niños hubiera hecho un mejor trabajo de investigación de lo que un juez describió como los actos "dementes" y de "pura maldad" de Baker, según los dos fiscales que llevaron el caso contra la mujer de Bloomington.
Hablando públicamente por primera vez sobre lo que salió mal en el caso de Rica, Erika Reynolds y Mary Koll hablaron con WGLT sobre los fallos que llevaron a los continuos abusos que causaron las fatales lesiones internas de Rica.
Las señales de maltrato eran claras.
En abril de 2018, la madre biológica de Rica, Ann Simmons, llamó a la línea de atención del DCFS e informó que su hija tenía miedo de regresar a la casa de su padre después de una visita. La niña tenía una lesión encima del ojo y un diente roto.
Un investigador del DCFS aceptó la explicación de la niña de que se había golpeado el ojo con la encimera del baño y se había roto un diente con un cajón de la cómoda. Richard Rountree dijo al trabajador estatal que su hija era "propensa a los accidentes". La acusación de maltrato se consideró infundada un mes después y el caso se cerró, según los registros del DCFS publicados tras la muerte de la niña.
Dos ojos negros en la niña hicieron que una enfermera de la escuela llamara al DCFS en diciembre de 2018. De nuevo, Rica ofreció una explicación -esta vez una caída sobre una caja de juguetes- como causa de la lesión. El padre de Rica se resistió inicialmente a una directiva para llevar a la niña a un médico, pero luego cumplió y llevó a la niña a un médico en Pontiac que no la había visto previamente como paciente.
Los fiscales criticaron la forma en que un investigador del DCFS manejó las acusaciones de abuso.
No es de extrañar que Rica saliera con excusas por su trauma, sobre todo cuando fue interrogada delante de Rountree y Baker, dijo Reynolds.
"Es un gran problema. Cuando tienes una niña como Rica que no estaba dispuesta a revelar (el abuso) y tratas de verlo desde su perspectiva, la traen a una habitación con un profesor que ha llamado al DCFS y le preguntan qué está pasando", dijo el fiscal. Cuando la conversación continúa delante de Baker, "obviamente no se va a sentir cómoda revelando".
Llevar a los niños a una zona alejada de los posibles agresores para interrogarlos da a las víctimas un lugar más seguro para hablar de los supuestos abusos, dijo Reynolds.
La decisión del DCFS de permitir que Richard Rountree o Baker llevaran a la niña a un médico también fue un error que permitió que el abuso continuara, dijo Koll. Un examen físico completo realizado por un médico capacitado en la identificación de signos de abuso físico en los niños era una mejor opción, dijo.
"Lo que me gustaría ver es que si un niño tiene lesiones visibles que sean sospechosas de abuso infantil, reciba un examen corporal completo por parte de un médico especializado en abuso infantil", dijo Koll. El Dr. Channing Petrak del Centro de Recursos Pediátricos de Peoria se encuentra entre esos especialistas, dijo.
"En el caso de Rica, cuando tenía esas lesiones, lesiones visibles en la cara, se permitió que la examinara un médico elegido por su agresor, que no estaba familiarizado con Rica, y que no estaba especializado en abuso infantil. Creemos que si Rica hubiera sido examinada de cuerpo entero por alguien como el Dr. Petrak, probablemente estaría viva hoy. Eso habría supuesto una gran diferencia, la diferencia definitiva para ella", dijo Koll.
El acceso limitado por parte de los investigadores a las quejas anteriores cerradas del DCFS es un problema que puede impedir que el personal forme una imagen clara de lo que está sucediendo dentro de un hogar, dijo Reynolds.
"Lo que nos han dicho diferentes investigadores es que no pueden buscar algo que fue infundado después de un cierto período de tiempo, que se sella", dijo Reynolds.
Los fiscales se han mostrado "desconcertados por el hecho de que el investigador de una determinada investigación o informe no tenga necesariamente acceso a todo el pasado".
En el caso de Rica, Rountree y Baker habían sido acusados de abuso de menores en el pasado. Las acusaciones contra Baker se remontan a 2002 y afectan a sus propios hijos y a Rica. Después de que Baker fuera condenada a cadena perpetua por el asesinato de Rica y Rountree fuera condenada a ocho años por poner en peligro a los niños, el DCFS emitió conclusiones indicadas contra ambos por su maltrato a la niña, lo que significa que la agencia encontró pruebas creíbles de abuso.
Koll y Reynolds reconocieron a los trabajadores del DCFS que con su intervención evitan que los niños sigan sufriendo abusos. Las elevadas vacantes de personal, la gran cantidad de casos y la violencia potencial a la que se enfrentan los trabajadores sociales en su trabajo fueron cuestiones citadas por los fiscales. Koll señaló los esfuerzos de un investigador del DCFS en un caso de abuso infantil pendiente "en el que un investigador del DCFS fue más allá, confió en sus instintos y salvó la vida de un niño".
A raíz de la muerte de Rica, el DCFS anunció varias medidas adoptadas para responder a las peticiones de cambio en la agencia de bienestar infantil, incluida la formación adicional de más de 3.000 empleados para identificar mejor los problemas de seguridad.
En el año siguiente a la muerte de Rica, 122 niños de Illinois murieron, a pesar de la participación del DCFS en sus vidas en los 12 meses anteriores a su muerte.
