Nuestro cuidado y preocupación colectivos por la salud y el bienestar de los niños de nuestra nación es algo en lo que muchos de nosotros podemos estar de acuerdo. Queremos lo mejor para los niños para que puedan crecer y desarrollarse a su máximo potencial. Eso significa que debemos ser administradores de su éxito asegurándonos de que las políticas y prácticas en el sistema educativo de Estados Unidos apoyen el desarrollo óptimo.
Demasiados niños experimentan abuso infantil, negligencia y adversidad asociada en sus hogares o en el entorno comunitario. Organizaciones como la Asociación Nacional de Educación están haciendo esfuerzos concertados para crear y promover entornos escolares seguros, acogedores e inclusivos donde los niños puedan prosperar, lo que algunos han denominado escuelas "informadas sobre el trauma". Esto es especialmente importante para los niños que sufren abuso o negligencia. Pero, ¿qué sucede cuando estos “refugios seguros” se convierten en sitios de violencia sancionada por el estado?
En 19 estados, es legal que los niños sean golpeados (por ejemplo, castigos corporales) por parte del personal en entornos escolares, a menudo con una paleta de madera. La investigación encuentra de manera abrumadora que el castigo corporal interrumpe el desarrollo normal del cerebro y aumenta el riesgo de abuso de sustancias y problemas de salud mental como la depresión y el suicidio. No existe ningún estudio científico hasta la fecha que descubra que golpear a los niños promueve un desarrollo infantil saludable, ni uno solo.
Pero las nalgadas no son tan malas como el abuso físico, ¿o no? La investigación encuentra que los niños que reciben azotes experimentan resultados negativos similares a los que sufren abusos físicos. Hallazgos como estos han llevado a la Academia Estadounidense de Pediatría, la Asociación Estadounidense de Psicología, la Sociedad Profesional Estadounidense sobre el Abuso de Niños y la Iniciativa Nacional para Acabar con el Castigo Corporal, entre otras, a brindar recomendaciones sólidas contra el uso del castigo corporal en todos los casos.
En abril de 2020, Japón se convirtió en el país número 59 a nivel mundial en prohibir el uso del castigo corporal en todos los entornos, incluidos los hogares y las escuelas. Si bien el uso y la aceptación del castigo corporal por parte de los padres y cuidadores en los Estados Unidos ha disminuido durante las últimas décadas, una gran parte de la población continúa apoyando su uso. En una encuesta reciente de más de 3.000 adultos estadounidenses, realizada por Prevent Child Abuse America, el 42 por ciento de los cuidadores informaron haber dado nalgadas a sus hijos en el último mes. Pero cuando se planteó la cuestión de prohibir la práctica del castigo corporal en las escuelas, solo el 18 por ciento de los encuestados no estuvo de acuerdo con tal prohibición.
El 10 de junio, los representantes Donald McEachin (D-Va.), Suzanne Bonamici (D-Ore.), y el senador Chris Murphy (D-Conn.) reintrodujeron la Ley de Protección de Nuestros Estudiantes en la Escuela de 2021, que toma medidas para eliminar la práctica dañina y anticuada de golpear a los niños en las escuelas públicas. Además de eliminar el castigo corporal en las instituciones públicas, el proyecto de ley establece medidas para crear climas escolares de apoyo con estrategias de disciplina positivas respaldadas por la ciencia.
Los defensores del castigo corporal en las escuelas especulan que al eliminar la práctica, las tasas de problemas de conducta se dispararán. Sin embargo, no hay evidencia de los estados que han prohibido el castigo corporal en las escuelas de que los niños y jóvenes no controlen su comportamiento. Los datos muestran que las escuelas que implementan lo que se conoce como "apoyos de conducta positiva en las escuelas", un componente del proyecto de ley McEachin, tienen tasas más bajas de consumo de alcohol y drogas, tasas más bajas de acoso escolar y rechazo de los compañeros y reducciones en las recomendaciones de disciplina de los estudiantes dentro de las escuelas.
Es hora de poner fin a la práctica dañina de golpear a los niños en las escuelas públicas de Estados Unidos.
Los niños merecen un sistema educativo que apoye su aprendizaje y desarrollo, no uno que les cause daño. Debemos asegurarnos de que todos los niños crezcan y aprendan en entornos seguros y de apoyo.
J. Bart Klika es el director de investigación de la oficina nacional de Prevent Child Abuse America y miembro de la facultad de investigación de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Estatal de Florida.
