PARÍS - Una nueva campaña en Francia permite a los niños pequeños señalar las agresiones con sólo dejar cartas en buzones de fácil acceso en todo el país, para que los expertos las evalúen. Los resultados han dado lugar a varias investigaciones policiales, al tiempo que ofrecen una instantánea poco frecuente e impactante de la magnitud de los abusos a menores en Francia.
Iniciado por un agente de policía que sufrió él mismo abusos sexuales de niño y fundó un grupo de protección de la infancia llamado Les Papillons ("Mariposas"), el programa, que ya tiene dos años, se desarrolla bajo el lema: "Si no puedes decirlo, escríbelo".
La mayoría de los mensajes escritos depositados el año pasado en las 200 cajas blancas instaladas en escuelas primarias, clubes deportivos y otros lugares a los que acceden unos 61.000 niños, se refieren a insultos, burlas y agresiones psicológicas.
Pero el 13% se refiere al acoso escolar, el 21% al maltrato físico y el 7% al abuso sexual. En este último grupo, el 30% se produce dentro del círculo familiar y el 70% se refiere a las niñas.
"Es útil para algunos niños que no consiguen hablar en voz alta de cosas dolorosas, o que no saben con quién hablar", explica Florence, directora de una escuela para niños de 3 a 10 años en una zona rural del este de Francia.
"Es muy difícil hablar de los abusos sexuales, sobre todo si se trata de alguien de la familia o cercano a ella, mientras que el buzón es neutral", subrayó. Pidió a The Associated Press que no utilizara su nombre completo, para proteger la privacidad de los niños implicados.
Aproximadamente la mitad de las denuncias son de niños de 8 a 9 años, y más del 15% de 6 a 7 años, dado que la mayoría de los buzones se colocan en las escuelas primarias y la mayoría de los niños pequeños no tienen un teléfono móvil para llamar al 119 teléfono oficial de ayuda a los niños maltratados.
El oficial de policía Laurent Boyet, jefe de Les Papillons, dijo que la iniciativa ayuda a detectar un problema que es difícil de detectar en las estadísticas oficiales.
En las proyecciones basadas en las respuestas del año pasado, el grupo calculó que de los 12 millones de estudiantes de preescolar a secundaria del país podría haber unas 840.000 víctimas de abusos sexuales, incluidos 240.000 casos de incesto.
"La gran fuerza de (el) proceso es que se basa en las palabras de los niños... No hay ningún adulto que interfiera", subrayó Boyet.
Boyet escribió un libro en 2017 para contar su propia historia. Contó que fue violado por su hermano, 10 años mayor, cuando tenía entre 6 y 9 años.
"Lo sé por haber sido yo mismo una víctima: el agresor les prohíbe (a los niños) hablar [...] Pero nadie te dice que no puedes escribir", dijo. "Y escribir, puedes hacerlo tranquilamente en tu habitación".
Cada vez que se instala un buzón, dijo Boyet, se dan explicaciones a los niños sobre el proyecto. Se designa a una persona de confianza para que recoja las cartas al menos dos veces por semana. A continuación, los mensajes son evaluados por un equipo de 12 voluntarios, todos ellos profesionales del ámbito de la infancia, entre ellos psicólogos y educadores.
Alrededor del 5% de los casos han sido denunciados a las unidades de maltrato infantil de las autoridades locales, encargadas de tomar las medidas necesarias.
Y el 1,6% de los mensajes han sido denunciados inmediatamente a la fiscalía, lo que ha dado lugar a una investigación policial, de acuerdo con la legislación francesa sobre "peligro grave e inminente" para los niños. Incluyen todos los supuestos abusos sexuales.
Esto ocurrió en la escuela de la que Florence es directora, después de que se instalara allí un buzón al enterarse de la iniciativa por uno de los voluntarios de la asociación.
"Me pareció interesante", dijo. "Pensaba que no había muchos problemas en mi escuela, así que, al principio, era más bien para limpiar mi conciencia. Pensé que no haría daño. Y resulta que había algunas necesidades". Florencia.
En junio, el primer día que se instaló el buzón, una niña de 10 años dejó un mensaje en el que nombraba a su abuelo y describía lo que parecían ser casos de violación incestuosa. Pocos días después, los agentes de policía confirmaron que ella y otras dos niñas de su familia habían sido presuntamente víctimas de incesto durante años.
Fue una situación "trágica", recuerda Florence. "Al final, los padres nos dieron las gracias porque ayudaron a su hija a escapar de un depredador sexual". El presunto agresor está ahora en prisión a la espera de juicio.
Boyet destacó que casi todos los niños se toman en serio los buzones y que las acusaciones malintencionadas o inventadas son "extremadamente raras". Sólo el 2% de los mensajes de los buzones son anónimos y casi ninguno es irrelevante, añadió.
Antes de la década de 2000, Francia no disponía de encuestas nacionales específicas sobre la violencia interpersonal. Y no fue hasta 2015 que una gran encuesta permitió conocer mejor la violencia durante la infancia.
Llevada a cabo por el Instituto Francés de Estudios Demográficos, Ined, proporcionó estimaciones de abusos sexuales a menores de 18 años, basadas en una muestra de casi 27.000 mujeres y hombres adultos. El estudio reveló que el 4% de las mujeres y el O,4% de los hombres declararon haber sufrido tocamientos sexuales no deseados, mientras que el 1,5% de las mujeres y el 0,3% de los hombres declararon haber sufrido violaciones o intentos de violación.
Boyet dijo que no le sorprendían las cifras resultantes de la iniciativa Papillons, que mostraban la magnitud de los abusos a menores. "Reforzó mi convicción en el sentido de que las cifras que solemos utilizar, sabemos que están subestimadas", dijo. "Eso es lo que da sentido al trabajo que estamos haciendo".
